viernes, 11 de marzo de 2011

sí, ya sé que antes molaba


Tú también, no creas. Hacías que fuera distinta a todo lo que era. Mis amigas siempre me dicen que debería mandarte a la mierda. Nunca he sido de hacerle mucho caso a mis amigas. Puede que ahora sea de otra forma, no lo niego. Pero no tengo la culpa. No me gusta tirar piedras y que sean mis cristales los que se rompan, ni me gusta intentar abrazar a alguien que sale corriendo cuando me ve. Siempre he tenido ganas de susurrarte al oído todo lo que me pasa cuando te veo, pero no me atrevo. Sí, ya ves, puedo estar haciéndote reír durante horas y cuando se trata de mandar escalofríos me vuelvo inutil. Las cosas son un poco diferentes. Ya no sé cuando te has cortado el pelo, ni puedo mirarte de reojo sin que te des cuenta. Ahora no quiero perseguirte para poder abrazarte de verdad. Bueno, sí que quiero, pero no lo puedo admitir delante de ti. Ahora solo quiero que pienses que no me importas.. aunque en realidad sí.

no te engañes, no funciona


Sí. Estoy hasta los cojones. Hasta los cojones de tí, de tus manías, de tus vicios, defectos, virtudes..¡de esa puta sonrisa joder!Te diría muchas cosas ¿sabes?cosas que ni te imaginarías que pudiera pensar, o sí. Estoy harta de que me mires con esos ojos, de que pases de mí, de que me digas que te gusto, que no me quieras besar,de que te acerques a decirme cositas al oido,de que me separe de ti cuando quieres que esté lo más cerca posible, de que te enfriara el verano o de que te calentara el invierno, que te guste hacerme cosquillas en el brazo, en la pierna, en el cuello, en la cadera, en el ombligo, en la mejilla, cuando me acariciabas la carita, que me encantaría que lo siguieras haciendo.. para qué negartelo, me encantaba, me encantabas, me encantas, me encantarás. Sí, será tu sonrisa.. digo yo, porque no tiene otra explicación. El frío de tus abrazos que me calaban los huesos.. quizá, quién sabe.

dame más razones con hielo

Pongamos que vuelvo atrás en el tiempo, pongamos que estoy ausente en aquel coche, mirando por la ventana. Recuerda que entonces dijiste: ¿que pasa? si vamos a estar asi, casi mejor cojo y te llevo a casa. Cambiamos la historia, pongamos que entonces ya sabía lo que ahora ya se con certeza, que con mi canción hago lo que apetezca. Sigamos entonces, giro la cabeza te digo que no pasa nada, que para ir al cine, prefiero ir a tu casa. Y allá donde elijas, quizás en la cocina, mientras tu te haces un café, yo te cojo del brazo te miro, te abrazo y te digo: cariño, no quiero que acabe este cuento, no quiero acabar escribiendo canciones teniendo que cambiar la historia. Puedo hacer que las cosas sigan su curso, que el tiempo se encarga ahora ya del olvido, y en vez de dejarlo pasar, aquí estoy, escribiendo canciones sin ningún sentido. Me he imaginado esta escena de tantas y tantas y tantas maneras pero la mejor acababa en la cama mientras tu café se enfriaba..