Y de eso se trata, de correr riesgos. De tirarnos a la piscina, de cabeza y sin casco. De arriesgar y luchar por lo que uno quiere. Seguir ciertos caminos y abandonar otros, de tener que elegir, priorizar o renunciar.
Poner en una balanza lo que te compensa y lo que no. Apostar por lo que saca lo mejor de ti y desechar tu peor lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario